El 2012 es un año trascendental en la vida política de nuestro país. Estamos a menos de un año de se efectúen las elecciones presidenciales. Con tristeza y decepción veo que quien encabeza las encuestas hasta el momento es el precandidato del PRI, Enrique Peña Nieto. Sin embargo estamos muy a tiempo de reflexionar por qué no debemos permitir el regreso de ese cáncer llamado PRI que por 70 años le hizo tanto daño a nuestro querido México, un cáncer que en algunos Estados como el nuestro jamás se ha ido.
Basta con echarle un vistazo a la historia contemporánea, para saber que el supuesto “Nuevo PRI” es una vil mentira. Sus políticos tienen las mismas mañas, chapucerías y maneras de gobernar que los políticos de hace más de 40 años.
Gustavo Díaz Ordaz, presidente de México de 1964 a 1970, sinónimo de represión y autoritarismo. Su sexenio es recordado principalmente por la matanza de Tlatelolco el 2 de Octubre de 1968. En ese tiempo ninguna persona podía hacer público su descontento hacia el Gobierno Federal; los medios de comunicación estaban controlados. Miles de estudiantes le reclamaban a Díaz Ordaz su mal gobierno a pocos días de los Juegos Olímpicos de México 68. Por lo que el Presidente, junto con su secretario de gobernación, Luis Echeverría decidieron utilizar a la policía y al ejército, para matar a miles de estudiantes inocentes, miles de estudiantes que no gozaban de la libertad de expresión, que su único delito fue manifestarse. Sí, antes cuando gobernaba el PRI se utilizaba al ejército y a la policía para matar a estudiantes, cuyas únicas armas eran libros, cuadernos e ideales. Hoy en día el Gobierno Federal los utiliza para matar a narcotraficantes, secuestradores, asesinos y traidores a la patria que nos lastiman y generan miedo y llanto. El 2 de Octubre ha sido de los días más tristes del país, afortunadamente el mundo se dio cuenta de la atrocidad, porque varios reporteros internacionales ya se encontraban en México para cubrir las olimpiadas y se percataron del autoritarismo y represión que había en México.
Por increíble que parezca, a pesar de las atrocidades que se cometieron en el sexenio de Díaz Ordaz, su sucesor fue uno de los principales operadores de la Matanza de Tlatelolco, Luis Echeverría. Y en 1971 los mexicanos sufrieron las consecuencias con “El Halconazo”. Un grupo paramilitar, al servicio del gobierno, mató a cientos de estudiantes que se manifestaban en la Ciudad de México, incluso llegaron a meterse hasta los quirófanos de los hospitales para rematar a los que habían sobrevivido; en su gobierno, Echeverría fue intolerante ante las críticas, principalmente del Periódico Excélsior, por lo que en 1976 se produjo el llamado “Golpe a Excélsior”. En el que fue destituido el director Julio Scherer. El Presidente secretamente impulsó a un grupo de periodistas y trabajadores descontentos para tomar control de la cooperativa del periódico. Mucha gente ignorante lamentablemente estaba contenta con el gobierno de Echeverría, gracias al populismo que tanto daño le ha hecho y le sigue haciendo a México. Hoy en día existe libertad de expresión en nuestro país, cualquier persona o medio puede criticar abiertamente al Presidente, sin miedo a una represalia del Estado Mexicano. Incluso se ha calumniado a Felipe Calderón con la estupidez de su supuesto alcoholismo, pero éste ha respetado siempre la libertad de expresión; hoy en día los de luz y fuerza del centro pueden hacer sus payasadas en el Zócalo Capitalino y el gobierno no los reprende. Desde que Vicente Fox asumió la presidencia de la República hay más libertad de expresión y menos represión.
En 1976 el nivel de la democracia en México era tal, que con que la mamá de José López Portillo votara por él, el candidato del PRI sería Presidente, y así fue, en ese año inició un sexenio que se caracterizó por el nepotismo y los excesos del Presidente de la República. A su primo Guillermo lo puso al frente del Instituto Nacional del Deporte; a su hijo José Ramón lo designó subsecretario de programación y presupuesto, teniendo el cinismo de proclamarlo “Orgullo de mi nepotismo”; con su esposa no fue menos genoroso, Carmen Romano creó la Orquesta Filarmónica y recorrió muchos países; a su amante Rosa Luz Alegría, la nombró secretaria de turismo; a Arturo “negro” Durazo, amigo desde la infancia, lo hizo General y lo nombró Director de la policía del Distrito Federal; a su hermana Margarita le dio la dirección de Radio, Televisión y Cinematografía, Alrededor de 40 cineastas se opusieron a este último nombramiento, el gobierno los secuestró seis días, los torturó y les inventó cargos para finalmente encarcelarlos. De ese tamaño era la represión en esos tiempos. López Portillo manejó pésimamente las Finanzas del país, en muchas ocasiones se acabaron todas las reservas para sostener el tipo de cambio. A pesar de que el Presidente dijo: “Defenderé el peso como un perro”, terminó devaluando la moneda, como a sí mismo y dejó pobres y en la ruina total a millones de mexicanos de un día para otro. Un señor de la tercera edad declaraba en 1976: “Democracia y libertad nunca ha habido, mientras exista el sistema de elección que hay en México y el Sistema que tiene el partido único de México, no puede haber democracia”. Esa era la percepción de la gente en esos tiempos.
Cómo creer que hay un “Nuevo PRI”, cuando hace unos meses su líder nacional era Humberto Moreira, político que tiene tendencias de los viejos políticos priístas. Un nepotismo descarado en el Estado de Coahuila, dándoles puestos de gobierno a todos sus hermanos, teniendo a su mamá en la nómina gubernamental, sin que ésta trabaje, dejándonos un Estado quebrado, con una deuda sin precedentes de 34mil millones de pesos que no justifica la obra realizada ni los programas sociales, por cierto programas populistas, tercermundistas y subdesarrollados, que invitan al pueblo a succionar de “papá gobierno”. Programas que se crearon, para aprovecharse de la ignorancia de la muchedumbre y ganar elecciones. Afortunadamente no a todos nos compran con 200 pesos, un bote de pintura o un tinaco. Gracias a esos programas, era aberrante ver que en las campañas electorales se promovían tarjetas de $1000 y $5000 pesos, en vez de proponer mejores condiciones laborales para que la gente sobresalga y gane su propio dinero. Cómo creer en el PRI, cuando su ex líder tenía un control férreo de los medios de comunicación en el Estado, cuando oculta información a los ciudadanos y nos quiere hacer creer que vivimos en un paraíso; cuando es represor y por las críticas que le ha hecho Armando Guadiana, un reconocido empresario taurino, quiere prohibir la fiesta brava en Coahuila. En fin, Humberto Moreira es el líder de ese partido porque es el perfecto priísta, tramposo, chapucero, su memoria está entrenada para mentir, como lo hacen todos los priístas.
Cómo creer en el PRI cuando en Veracruz, Javier Duarte atenta contra la libertad de expresión y regula el uso de las redes sociales para encarcelar a tuiteros. Ejemplo claro de lo represor que siempre han sido los políticos priístas; Cómo confiar en Enrique Peña Nieto cuando su esposa murió sospechosamente, cuando el Estado de México es el Estado con mayor corrupción en el país, líder en feminicidios y en secuestros. Pero sobre todo cómo confiar en Peña Nieto, cuando él impulsó a Humberto Moreira a la presidencia del PRI. Cómo creerle a un partido que utiliza a su mayoría en la cámara de diputados, para frenar las reformas que el país necesita, y las frena seguramente por órdenes de Peña Nieto.
Tan represores han sido los gobiernos priístas, que cuando Luis Donaldo Colosio, candidato del PRI a la Presidencia en 1994, criticó al Presidente en turno, Carlos Salinas de Gortari, No pasó ni un mes y Colosio fue asesinado en Tijuana. Claro, el crimen jamás se ha esclarecido. Hipócritamente el PRI tiene una institución llamada “Fundación Colosio”, que sólo sirve para explotar el nombre del ex candidato, para intereses personales. Incluso el hijo de Colosio, ha manifestado su inconformidad sobre la existencia de este instituto.
Antes de votar, toma en cuenta las devaluaciones de cada 6 años; los fraudes electorales como en 1988; los asesinatos políticos; las matanzas a estudiantes, campesinos e indígenas; el autoritarismo y el abuso de poder que existía cuando gobernaba el PRI.
Yo los exhorto a que defendamos el cambio que se ha gestado en México en los últimos 11 años. No permitas que ese cáncer que nos hirió durante 7 décadas regrese, tú y yo, podemos impedirlo. Si aun así piensas votar por el PRI en el 2012, te regalo un libro de historia.