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jueves, 29 de septiembre de 2011

Babe Ruth Despertó

El fantasma de Babe Ruth atormentó a todos los directivos, jugadores y aficionados de los Boston Red Sox durante 86 años. En 2004 cuando Keith Foulke conectó con Doug Mientkiewicz en el 4to juego de la Serie Mundial ante St Louis, pusieron fin a 86 años de larga espera para la afición Bostoniana. Por fin los Red Sox eran campeones, por fin millones de aficionados vieron su sueño hecho realidad. Miles, quizás millones de aficionados murieron sin ver campeonar a su amado equipo. Esa noche todos creíamos que el mejor beisbolista de todos los tiempos, Babe Ruth, ya iba a descansar en paz, y de paso dejaría de molestar a los Boston Red Sox. Por un tiempo así sucedió, Boston ganó la Serie Mundial 2007 cómodamente, venciendo a los Colorado Rockies. Así se confirmaba que el "Bambino" se había ido para siempre.
Al inicio de la temporada del año en curso, Boston Red Sox se perfilaban como los favoritos para ganar la Liga Americana. Su pitcheo abridor lucía bastante bien con Josh Beckett, John Lackey, Jon Lester, Clay Buchholz y Tim Wakefield; los relevistas Alfredo Aceves y Daniel Bard eran buenas cartas para prepararle los juegos al sólido cerrador, Jonathan Papelbon. A la ofensiva contrataron a los 2 agentes libres más codiciados del mercado, Adrián González y Carl Crawford, que se sumarían a Dustin Pedroia, Jacoby Ellsbury y David Ortiz, para completar una de las ofensivas más temidas de todo el beisbol, si no es que la más temida.
La temporada marchaba bien, al iniciar Septiembre, los Red Sox eran los líderes de la División Este de la Liga Americana, por encima de los New York Yankees, y muy por arriba de los Tampa Bay Rays. El equipo peleaba por el banderín de la división, si lo perdían, el boleto por el comodín estaba prácticamente ganado. Quizás por eso el equipo se relajó al inicio del mes. Sus pitchers abridores, junto con el cerrador Papelbon, tuvieron números paupérrimos, a la ofensiva el equipo sufrió un bajón, todo estó se combinó para que Boston tuviera marca de 7-20 en el mes, la peor marca en un mes para el club, desde 1964. También se combinó con el gran mes de los Rays, que paulatinamente comenzaron a recortar la desventaja de 9 juegos. Los focos rojos se empezaron a prender en la nave patirroja, al equipo de Terry Francona se le venía el mundo encima, de repente los Yankees se coronaban campeones del Este, por lo cual tenían que buscar el boleto por el comodín para acceder a la postemporada. Los Rays no dejaban de ganar y los Red Sox no paraban de perder. Al iniciar la última serie de la temporada, Boston sólo le sacaba 1 juego de ventaja a Tampa Bay. Se enfrentarían a Orioles y Yankees respectivamente, 2 equipos que no peleaban nada al cierre de la campaña. Tampa Bay venció a Yankees en los 2 primeros juegos; Boston dividió con Orioles. Rays y Red Sox llegaban al último juego de la temporada empatados en el standing para conseguir el último boleto a los play offs de la Liga Americana en el 2011.
El día había llegado y los Yankees le estaban haciendo el favor a su archirrival los Red Sox, los Bombarderos del Bronx estaban venciendo cómodamente 7-0 a los Tampa Bay Rays, mientras que en Baltimore, Boston dramáticamente vencía 3-2 a Orioles. La lluvia comenzó a caer con más fuerza en Baltimore, por lo que el juego tuvo que suspenderse momentáneamente antes de que iniciara la parte baja de la 7ma y los jugadores de Boston, iban al club house a ver el juego de los Yankees; en St Petersburg, Florida, era la 8va entrada en su parte baja y los Mulos de Manhattan, seguían con la cómoda ventaja de 7 carreras. En 50 años NINGÚN equipo había sido capaz de remontarle a Yankees una desventaja de 7 carreras iniciando la 8va entrada. De pronto el manejo de Joe Girardi (manager de Yankees) comenzó a ser sospechoso, y los relevistas Boone Logan y Luis Ignacio Ayala comenzaron a ser apaleados por la artillería de los Rays. El colofón de esa 8va entrada fue el cuadrangular de 3 carreras de Evan Longoria sobre Ayala, que metía a Tampa Bay a la pelea, perdían 7-6; en Baltimore seguía el juego suspendido por lluvia; nos ibamos a la última entrada en Tampa Bay, Girardi que hizo TODO lo posible por perder, guardó a su cerrador (el mejor de todos los tiempos) Mariano Rivera, y metió a finalizar el encuentro a Cory Wade. Yankees estaba a 1 strike del triunfo, para poner a rezar a los Rays y darle a los Red Sox un tanque de oxígerno, sin embargo el emergente Dan Johnson conectó un inesperado cuadrangular, para mandar el juego a extrainnings. Todo eso lo vieron los jugadores de los Red Sox en el club house, e inmediatamente después, el juego se reanudaría en Baltimore. Alfredo Aceves y Daniel Bard pudieron contener a la ofensiva los Orioles en la 7ma y 8va entrada respectivamente. Llegaba la 9na entrada en su parte baja, y trepaba al centro del diamante el as del bullpen de Terry Francona, Jonathan Papelbon, que tranquilamente sacaba los 2 primeros outs y encaminaba a los Red Sox a la victoria y a seguir con vida; en Tampa Bay, los Yankees tenían corredores en las esquinas sin out y bateando Jorge Posada en la entrada 12, parecía que el destino le sonreía a Boston y todo se combinaría para que avanzaran a la postemporada. Pero increíblemente los Yankees no anotaron; en Baltimore las cosas se complicaban para Papelbon, recibió 2 dobletes consecutivos con lo que el juego se empataba, acto seguido una línea que no pudo capturar Carl Crawford y se convertía en el hit productor de la victoria de los Baltimore Orioles, Boston se quedó a sólo 1 strike de ganar. Ahora los Red Sox tenían que rezar para que los Yankees ganaran en extrainnings; no pasaron ni 5 minutos y Evan Longoria prendió un lanzamiento de Scott Proctor y la depositó del otro lado de la barda del jardín izquierdo, para darle una victoria de película y el pase a los play offs a los Tampa Bay Rays.
La tragedia estaba consumada, los Boston Red Sox estaban viviendo una pesadilla, cualquiera que estuviera siguiendo la transmisión de ESPN, pensaría que Dios no quería a Boston en la postemporada. Ante los sucesos que ocurrieron en Septiembre y en el último día de la temporada regular, es imposible que no se venga a la mente de cualquier aficionado la imagen de Babe Ruth, que en Boston es sinónimo de tormento, angustia, persecución, frustración, maldición y fracaso. A mucha gente se le vino a la mente el año de 1946 cuando perdieron en 7 juegos la Serie Mundial con los St Louis Cardinals; tal vez 1967 cuando los pájaros rojos les repitieron la dosis en 7 juegos; en 1975 tuvieron la esperanza de terminar con la maldición, pero los Cincinnati Reds de Pete Rose, tenían otros planes y liquidaron a los Red Sox en 7 juegos; quizás "La masacre de Boston en 1978", cuando desaprovecharon una ventaja de 14 juegos de ventaja sobre los Yankees y perdieron la división con los neoyorquinos; o qué me dicen de ese trágico 1986, cuando se quedaron a 1 strike de ganarle la Serie Mundial a los New York Mets en el 6to juego, pero el error del primera base Bill Buckner revivió a los metropolitanos y al siguiente día los Red Sox perderían el 7mo juego; más recientemente en 2003 desaprovecharon una ventaja de 5-2 en la 8va entrada del séptimo juego de la Serie de Campeonato de la Liga Americana ante los Yankees, y terminaron perdiendo en extrainnings con aquel cuadrangular de Aaron Boone sobre Tim Wakefield que los dejó tendidos en Yankee Stadium.
Boston Red Sox es un equipo que no conoce las derrotas convencionales, sus caídas siempre deben tener una parte trágica, esa parte que por años se le atribuyó a Babe Ruth. Quizás en 2004 el "Bambino" decidió tomar una siesta después de 86 años de jugar con los sentimientos de los Bostonianos. Tal vez en Septiembre del 2011 Babe Ruth despertó, para seguirse burlando y atormentando a los aficionados de los Boston Red Sox. ¿Será que la próxima Serie Mundial que gane Boston sea en 2093? 86 años después de su última conquista, la Serie Mundial del 2007. El tiempo nos dirá.

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